LA SALIDA DE OMAR DE PUNTO ROJO
Te cuento, te cuento, te cuento…. ¿te cuento, querido blog? Bueno, sólo porque me insistes así lo haré. Recuerdas que no pude terminar de platicarte la salida de Omar de Radio Punto Rojo. Todo porque había terminado mi turno y tenía que desocupar el quiosco , jejeje –así le llamo a nuestra cabina- en vista de la llegada de la Perlita Perol. Es que esta Perlita es fanática del Messenger y está puntualita para charlar con sus contactos (de paso para coquetear, por qué no, pues esta Perlita es terrible) antes de su horario ya viene soplada para adueñarse de la máquina…
Bueno, no te alargo el cuento: Galo, el dueño de las dos emisoras, pidió la cabeza de Omar y éste se fue, como dice el Chavo, con el rabo entre las piernas. No es que me burle de mi compañero, simplemente creo yo que hay que hallar el humor en todas las nimiedades, aunque este sea humor negro. Al día siguiente recogió sus cosas, las empacó de su escritorio y se las llevó con la ayuda de la Albita, en el carro de ella.
Ahora, la pregunta en el aire era: ¿quién sería el nuevo director de Punto Rojo? No hacía falta ser brujo o tener la mano peluda para atinar con la respuesta. Al menos para mí, era algo que veía venir desde hace tiempo. Es el karma de esta empresa. Él estuvo aquí antes, lo botaron y volvió, poco a poco, como una sombra apañada, listo para ejercer su papel de Judas. El tonto del Pollo, no quiso aceptar tal cargo. Bueno, se lo ofrecieron por pura cortesía, para guardar las apariencias y formalismos del caso, nada más. De modo que sabían que él no iba a aceptar y se lo ofrecieron a él, a la sombra, a Don Pelucón.
¡Se alzó con el poder! Ahora, pobres, de mis compañeros, deben cuidar lo que dicen y lo que hacen, porque don Pelucón es cosa seria. Él no dudará en acusarlos si ocurre algún error o decaimiento en la programación y en endilgarse el triunfo si acontecen resultados positivos en el rating o en el contenido de los programas. Él será la estrella y ellos, simplemente piezas decorativas. Él será el hacedor de las maravillas. Claro, que sabemos que no es así, porque el tipo, con decirte querido blog, no sabe nada de música, y cree él –jua, jua- que éxito musical es el que tú se lo dices con el adorno de: ”esta canción es favorita en Estados Unidos, y ha ganado tal y cual premio este artista”. Tampoco sabe de redacción creativa y a duras penas sabe manejar lo básico de los programas de edición de audio. Querido blog, no te como al cuento si te digo que él no sabe qué es un Messenger, y cree que los banners publicitarios que aparecen en las páginas web son ventanitas con las cuales una chatea. Jua, jua.
Lo que sí tiene es poder de convencimiento y su lengua viperina. Hoy en día si cuentas con eso, definitivamente, parece que puedes hacer escalar de dos en dos las gradas del éxito profesional.
miércoles, 4 de febrero de 2009
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