¡Qué fastidio! Te cuento, te cuento y... ¿te cuento, querido blog?
Bueno, ahí, va, sólo para que veas que no me hago de rogar. Resulta que estoy harto de repetir esta dichosa mención al aire. Cuando uno locuta hay que acatar órdenes como éstas, de mencionar nombres comerciales, productos o promociones, las mismas que han sido negociadas por el departamento de ventas. O sea, los locutores, debemos cumplir con dar estas menciones, como recomendaciones para el público.
Pero llega un punto en el que uno simplemente intuye que el público no es tonto y se cansa de escuchar a cada rato la misma y la misma "recomendación". Es que si el locutor- en este caso, yo- se cansa de repetirlo, el público, igual, ¿no te parece?.
Yo no sé cuál es el afán de esta Hispana de Seguros (el cliente) de haber pactado tantas menciones en el horario de mi trabajo. O sea ellos creen que mientras más uno recomiende sus servicios, más populares serán y más clientes les llegarán. Nada más errado. Creo yo que con sólo tres menciones pueden crear expectativa e influencia, pero cinco o seis y cada rato, púchicas!!
Pobre de mis lengua y garganta. De mi cerebro, ni se diga. Cuando digo: "Y recuerda, si quieres dejar una herencia a tu hijo no hace falta que seas millonario..." (¡me la sé hasta de memoria!) ya lo digo con las últimas. Si esta mencioncita sigue rotando en mi horario,querido blog, te confieso que voy a explotar en cualquier momento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario